martes, 1 de febrero de 2011

Dudas actuales

Esta mañana, al bajar las escaleras de mi adosado hipotecado hasta mis casi sesenta años con una de esas entidades que, parece ser, se tendrán que fusionar antes o después, descubrí un cadáver a los pies del último peldaño.  Mi can abrazaba entre sus culpables garras mis mocasines de tacón vertiginoso, de precio vergonzante, de marca aspiracional conseguida con muchas visitas a la sección de rebajas.  Allí, con un tacón roído hasta el infinito; con una piel desgarrada como la de quién ha luchado a muerte por su vida, yacía mi Balenciaga.  Surgió de mi una resignación sorprendente, lo levanté apenada, con una sensación de descanso (ya no  volvería a desear que me cortaran los pies para dejar de sufrir), sin fuerza (agotada por una lucha que comenzaba ya a primera hora de la mañana) y contenida (sin gritos, sin reproches) entendedora de que el daño irreparable no había sido intencionado.  Y frente al cubo de la basura, me surgió una duda.  Una de esas dudas que te hacen sentir como una incívica ciudadana:  "y esto, ¿en qué cubo lo pongo?: orgánico, envase, vidrio, papel?"  Y ahora, a punto de apagar la luz, me surge otra:"el gommage exfoliante que me he puesto en la ducha... era de micro-pepins o de micro-raisins? No me voy a levantar para mirarlo,  pero se me hace raro que hayan sido minipepinos.  A lo mejor es que pepins es otra cosa.  No sé, porque olía a pomelo dulce con un toque de coco salvaje.  Sabe Dios lo que me he puesto y lo que van a hacer en el vertedero con mis zapatos en la basura orgánica.